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Marcelo Granieri, docente del programa ejecutivo en transformación digital, analiza las distintas facetas de este proceso y explica el impacto que está alcanzando en Argentina.

En un entorno globalizado y globalizante, es imposible pensar cualquier tipo de interacción sin la mediación de la tecnología. En el ámbito empresarial desde hace algunos años la digitalización comienza a vislumbrarse más como un aliado que como una dificultad añadida. “Este proceso implica reinventar una organización empleando la tecnología en todos los aspectos, principalmente orientado a mejorar la eficiencia, pero a mediano plazo conllevará a modificar el modelo de negocio y también la cultura de la empresa. Pérdida de eficiencias, caída de ventas, aparición de productos/servicios sustitutos, necesidad imperiosa de agilizar procesos y estructuras, son todos indicadores que han provocado la irrupción de la digitalización en este sector”. La visión de Marcelo Granieri evoca a una realidad que ninguna organización debiera eludir. Para el docente del nuevo programa ejecutivo en Transformación Digital del ITBA, que comienza su dictado el 15 de agosto, este cambio de paradigma también se potencia a partir de la inserción de nuevas generaciones al ámbito laboral: “Los que nacieron en el 2000 ya están formando parte de las organizaciones. Vienen con un bagaje digital tremendamente mayor al de cualquier generación previa, para ellos los millenials o la generación Y representan el pasado. La nueva fuerza de trabajo no conoció el mundo sin internet y el celular siempre fue touch. Existe un componente generacional que hace que hoy las grandes empresas tengan un gran desafío en la gestión de su capital humano, dado que se están jubilando los de la generación X, y algún Baby Boomer tardío, los mandos de decisión siguen estando en la Generación X y algunos pocos en la Y, gestionado fuerzas laborales disimiles, pero con capacitaciones y entrenamientos digitales que traen desde la cuna”.

– Actualmente, en Argentina, el 97% de las empresas son pequeñas y, a la vez, generan el 70% del empleo, ¿qué posibilidades reales tienen de poder migrar al mundo digital?

-Este tipo de organizaciones tiene muchas más ventajas que una grande para migrar más rápidamente a un entorno digital. Lo vemos actualmente en la lucha que tienen los bancos con el mundo fintech: estructuras tremendamente pesadas y burocráticas que van perdiendo terreno contra startups compuestas por cuatro o cinco personas dentro un espacio de coworking. Pensemos que en ese porcentaje también deben existir empresas que han nacido digitales. No es menor que hoy la compañía argentina de mayor valoración bursátil sea MercadoLibre que surgió en este ámbito. En definitiva, se trata de una empresa del nuevo ecosistema que crece a valores exponenciales, no lineales.

– ¿En qué áreas o sectores considerás que la digitalización se incorporó rápidamente y en qué otras todavía sigue siendo una materia pendiente?

-Al igual que las personas, las empresas nacen digitales también. Casos muy conocidos son Airbnb o Uber que encuentran en la intermediación de servicios un nicho tremendamente redituable. Pero también tenemos el caso local de Wilobank que nació como un banco 100% digital presentándose en sociedad un sábado, día no laborable para la industria financiera, dando una señal muy fuerte en una industria muy regulada.

El campo se ha digitalizado mucho en los últimos años agregando tecnología de punta para la siembra y la cosecha. Aquellas empresas que han querido volver eficientes sus procesos, modelos de negocios, renovarse y explorar nuevos caminos, han visto la digitalización como un paso y una herramienta útil y necesaria. No se relaciona a una industria en particular, sino a la coyuntura de la empresa. Lo seguirán haciendo más y mejor y será una forma de mejora continua que será parte de sus objetivos corporativos. Las organizaciones o sectores que no se han sumado o lo han hecho tibiamente, lo harán en breve o desaparecerán. No entender lo que el mercado y la competencia les marca puede ser letal: existen varios casos emblemáticos que no se adaptaron (Blockbuster, Kodak y Blackberry,) y hoy ya no existen.

– En el último tiempo las metodologías ágiles tomaron protagonismo, ¿qué aporte considerás que les brindan a los equipos dentro de las organizaciones?

-Las metodologías ágiles existen hace más de 30 años, pero al surgir necesidades de negocio que requieren poner productos o servicios en el mercado de un modo más dinámico, flexible y customizable, han tomado mayor relevancia en el último tiempo. Si bien Scrum, XP y Lean están entre los más conocidos, existen más de 40 framework de trabajo bajo estos nombres. El mayor beneficio que les veo es que se puede poner en manos del cliente un producto/servicio que va creciendo de acuerdo a sus gustos y necesidades y nos permite en forma simple y barata poder aprender de ese feedback y construir valor para mejorarlo. Las metodologías ágiles no son más rápidas ni más baratas, no confundamos. Agile signfica una veloz adaptación al cambio mediante inspección y adaptación en ciclos cortos y frecuentes, con colaboración del cliente. Son claves en productos o negocios digitales nuevos, donde existe incertidumbre y dudas de cómo hacer las cosas.

-De acuerdo al Observatorio del Ecosistema Digital de América Latina y el Caribe (CAF) los países latinoamericanos, entre los que se encuentra Argentina, presentan una falta de infraestructura que soporte las herramientas digitales. ¿Qué medidas te parece que se debiera tomar a nivel nacional para minimizar las brechas?

-Políticas a largo plazo son fundamentales, un gobierno no puede borrar lo bueno que hizo el previo y mucho de esto sucede en Latinoamérica. Dentro de este contexto, es estructural que la educación se centre tanto en temas digitales como en iniciativas emprendedoras. En este aspecto veo que en varios países han ido modificándose programas educativos secundarios para incorporar estos ejes, como es el caso de Colombia, Chile y Argentina.

Por otra parte, cuando hablamos de ecosistema digital se tiende a pensar sólo en internet, pero resulta esencial tener una buena conexión estable y rápida, y esto se obtiene con inversión en infraestructura. Hoy es impensado no operar por la caída de un vínculo web y que no haya cobertura de calidad en cada rincón del país. Google afirma que en 2020 casi todas las personas estarán conectadas a Internet a nivel mundial. Un punto importante es que los gobiernos se vuelvan digitales. Si ellos lo hacen, empujan a muchas industrias y negocios a seguir los pasos y flexibilizar ciertos puntos que no siempre son sencillos como los marcos regulatorios y el acceso a la financiación. Los sistemas y aplicaciones en la nube dejaron ser una tendencia para ser una realidad, y son un entorno que permite generar muchas soluciones de infraestructura.