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El Ing. José Luis Roces presenta y explica los cambios estructurales que afronta la Universidad para estar a la altura de las demandas externas.

El mundo marcha en una velocidad de transformación nunca vista en el pasado. Los tiempos exponenciales amenazan nuestra racionalidad lineal. Los sistemas educativos no están ajenos a estos impactos. No es solo el cambio tecnológico el motor de la transformación sino que las demandas sociales, políticas y económicas hoy requieren tiempos de respuesta más cortos que en el pasado.

El ITBA no es ajeno a ello, y desde hace un tiempo atrás junto con la revisión estratégica 2017-2021, el Consejo de Administración junto con el Rectorado ha venido pensando las acciones y los cambios estructurales que se necesita implementar para estar a la altura de las demandas externas.

Necesitamos acelerar los tiempos de respuesta para ser pioneros de una transformación que nos lleve de una educación masiva a otra más personalizada. Ello encierra desafíos de innovación educativa, con la incorporación de plataformas educativas como la ya implementada Campus -obre tecnología Blackboard- y el desarrollo de talleres de entrenamiento docente para su uso y la capacidad de diseño y metodologías pedagógicas más flexibles y adaptativas a nuestros alumnos.

Simultáneamente nuestro liderazgo se debe consolidar regional y globalmente con una mayor internacionalización y primordialmente con mayores recursos en investigación y desarrollo tecnológico.

Paralelamente a esta transformación académica hay prioridades impostergables para un ITBA moderno, como es resolver su infraestructura edilicia, un sistema de financiamiento con una base más amplia que los provenientes de las matrículas,  un mejor relacionamiento con sus graduados y las empresas.

Hoy nos encontramos frente a una oportunidad especial, el mundo demanda cada vez más tecnología y nuestra Universidad desde hace 60 años se ha focalizado en ella.

¿Cómo ser más efectivos? Desplegando más acciones e iniciativas y para ello se requiere una estructura más horizontal, más innovadora y ágil en las decisiones.

La creación de la Vicerrectoría y la designación del Ing. Andres Agres, decano de la Escuela de Ingeniería y Gestión, responde a estas necesidades. De ella dependerán las Escuelas, la Secretaría académica, el Doctorado y la Investigación, y la Innovación educativa.

¿Qué se espera?  Mayor foco en la formación, investigación y extensión desde la Vicerrectoría y mayor tiempo de gestión para el Rector y su equipo de Desarrollo Institucional, Finanzas e Infraestructura y Desarrollo Humano.

Separar estas funciones no implica perder coherencia, ni diluir responsabilidades sino buscar mayor rapidez de respuesta y coordinación para insertarse en la era digital.