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El Ing. José Luis Roces analiza los desafíos de la Universidad y de la Comunidad ITBA de cara al comienzo del año académico.

Como sucede tradicionalmente, cuando se inicia el año académico se renuevan las expectativas que acompañan a nuestros alumnos. Para los ingresantes, frente a los desafíos de una carrera universitaria, plena de dudas y de exigencias de estudios de nuevas disciplinas. Para los ya que ya superaron los primeros años, la de comprobar su vocación y reforzar el interés de estudiar y aprender. Y los próximos a egresar deben afrontar las inquietudes de cómo arrancar una vida profesional y las posibilidades de encontrar en el mercado laboral los espacios que se compatibilicen con su proyecto profesional.

En todos los casos, no hay respuestas certeras. La incertidumbre es nuestra compañera en la vida. Saber convivir con ella y no dejarse caer es parte de la educación que pretendemos en el ITBA, buscando así que sea una de las características de nuestros estudiantes. Los compañeros de travesía para alejarlos de las dificultades deben ser los padres, los compañeros de estudios y los profesores.

Las historias de los estudiantes que uno recibe con goce y satisfacción son aquellas que demuestran la existencia de una comunidad que colabora y participa en la construcción de una fuerza común y una pasión por aprender.

Cuando alguien me pregunta cuál es la tarea que más valoro como Rector, respondo que se trata de la posibilidad de crear un clima interno de interés por aprender y de buscar formas de innovación efectivas para que los alumnos sientan atracción todos los días por venir a la Universidad con el propósito de mejorar sus capacidades y competencias.

La construcción de una “cultura innovadora” es el proceso que convoca a los directivos, docentes y personal de apoyo, como el propósito diferencial de una universidad cuya sustentabilidad depende del prestigio académico.  Es por eso que 2018 nos reclama a todos los miembros de la comunidad ITBA renovar el compromiso de colaboración que une a estudiantes, graduados, padres, y miembros del plantel directivo, docente y de apoyo, en pos de una universidad que se mantenga activa en un mundo lleno de oportunidades en la tecnología y en la sociedad.

A partir de su coyuntura histórica, Argentina requiere que su capital natural -derivado de las riquezas de su suelo y geografía-, se combine con un capital humano de excelencia, para poder superar el estancamiento y la pobreza estructural. Contribuir a la generación de un capital humano de excelencia sigue siendo nuestra principal misión. Es para todos nosotros la principal fuente de motivación.