Menú

Un grupo de investigación desarrolló un software que permite usar señales espaciales para guiar el comportamiento y mejorar el aprendizaje y el desarrollo de la memoria: podría convertirse en una herramienta clave para el diagnóstico precoz del mal de Alzheimer y otros trastornos neurodegenerativos.

Un estudio encabezado por Investigadores del (ITBA) evidenció el impacto de la memoria espacial de las personas a la hora de interiorizar conocimientos. El trabajo se centró en el desarrollo de una tarea de memoria espacial que se lleva a cabo en un entorno virtual asistido por computadora para evaluar los “recuerdos espaciales” de las personas, es decir; la capacidad para percibir y ajustar la posición de su cuerpo en relación al entorno. Como resultado, se creó una nueva tarea capaz de evaluar la memoria espacial en humanos en un entorno ecológico, que podría convertirse en una poderosa herramienta para el diagnóstico precoz del mal de Alzheimer y otros trastornos neurodegenerativos asociados a la pérdida de memoria.

 

El proyecto fue llevado a cabo por Daniela Ramirez Butavand, docente de la carrera de Bioingeniería e Investigadora del Departamento de Ciencias de la Vida del ITBA; Fabricio Ballarini, Director del Departamento de Ciencias de la Vida del ITBA; María Florencia Rodríguez, Investigadora CONICET/PLADEMA de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires; María Virginia Cifuentes, investigadora CICPBA/ PLADEMA de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires; Pedro Bekinschtein, investigador del Instituto de Neurociencia Cognitiva y Traslacional (INCyT) y de la Fundación INECO; y Cristian García Bauza, investigador CONICET/PLADEMA de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. 

El estudio, publicado en la revista científica Behavior Research Methods,  buscó desarrollar una herramienta para indagar en las estrategias espaciales que desarrollan los humanos de cara a resolver tareas utilizando el contexto para orientarse. Los participantes caminan por una arena virtual usando un joystick. El diseño es similar al de las tareas utilizadas para los estudios con animales, lo que permite una comparación directa entre especies. 

 

“Descubrimos que solo los participantes que informaron usar señales espaciales para guiar su comportamiento mostraron un aprendizaje significativo y se desempeñaron significativamente mejor durante una prueba de memoria”, señalaron los investigadores.

Tener nuevas tareas para evaluar la memoria espacial con la realidad virtual en humanos es crucial. En primer lugar, para poder hacer paralelismos entre los conocimientos que se conocen en otras especies en tareas de navegación. En segundo lugar, se sabe que los déficits de orientación espacial son algunos de los primeros síntomas que alertan sobre la enfermedad de Alzheimer, y esto está asociado con el daño del hipocampo (área del cerebro que procesa las memorias espaciales)”, agregaron.

En psicología cognitiva y neurociencia, la memoria espacial se conoce como la faceta de la memoria responsable de registrar información sobre el entorno. En ese sentido, el diagnóstico precoz preciso del mal de Alzheimer es crucial, ya que brinda la oportunidad de intervenir en una etapa temprana antes de que ocurra una muerte neuronal sustancial. 

“Se requiere memoria espacial para navegar por una ciudad conocida, al igual que otras especies; como el caso de los roedores, que dependen de ella para recordar la ubicación de la comida al final de un laberinto o en un territorio en particular”, destacaron.