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Dos alumnas de Bioingeniería y un proyecto final de trascendencia: el desarrollo de un dispositivo médico de screening para detectar el autismo mediante mediciones pupilares.

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es conocido como un trastorno neurobiológico que aparece en los primeros años y, en mayor o menor medida, se mantiene durante toda la vida de la persona. Esta condición tan particular cada vez más frecuente, llamó la atención a Manuela Alanis en 2015, cuando comenzó a trabajar con un niño con TEA, iniciativa que repitió este año, pero con una niña. Estas experiencias motivaron su involucramiento en la temática, de una manera distinta: por eso, junto a Micaela Puig Insua –compañera con la que viene compartiendo casi todas las materias desde el inicio- decidieron abordarlo como proyecto final de Bioingeniería.

De esta manera, iniciaron el desarrollo de un dispositivo de screening que, mediante mediciones pupilares, es capaz de generar una primera detección de TEA. Manuela, explica el funcionamiento: “Por medio de una cámara de video se realiza una captura del ojo del paciente, simultáneamente estimulado de forma lumínica (con LEDs) y, a partir de esto, se procesan las imágenes registradas. Se obtienen distintos parámetros que, al ser contrastados contra una base de datos, se pueden caracterizar adecuadamente para obtener la primera detección”.

Bajo el nombre detecTEA, este dispositivo puede transformarse en un aliado importante para la prevención, ya que no existe en el mercado ninguno de esta característica, y actualmente hay más de 400 mil personas en Argentina afectadas con el trastorno. Por el momento cuentan con un prototipo y están avanzando en darle una mayor robustez, por lo que pronto comenzarán a realizar pruebas en niños con y sin esta condición.

Su dispositivo ya alcanzó sus primeras repercusiones positivas. Las alumnas obtuvieron el primer puesto en #PotenciateTecnológico, el programa del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que premia ideas innovadoras y colabora en la aceleración del emprendimiento detecTEA para que a futuro puedan producirlo y comercializarlo. “Si bien le teníamos mucha fe a nuestro desarrollo nunca soñamos llegar tan lejos. Nos encontramos con muchas personas de distintas especializaciones dispuestas a ayudarnos en la realización del proyecto”, expresó Micaela.

Las alumnas siguen ultimando detalles para lo que será la presentación final del proyecto de grado, que seguramente se realizará en los próximos meses. Y reconocen la relevancia del rol del tutor, el Ingeniero Electrónico Alberto Tablón. “Fue de gran ayuda a lo largo de todo el proceso, siempre muy atento ante las distintas dudas que nos fueron surgiendo. Nos guió durante todo este trayecto. Tanto su formación académica, como su formación profesional en una empresa relacionada al ámbito de la salud fueron vitales para la resolución de los problemas que se presentaron. Es necesario remarcar además a los profesores de la materia Formación para Emprendedores, quienes nos incentivaron a anotarnos a distintos concursos”.