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Un grupo liderado por investigadores del ITBA encontró una nueva estructura cerebral, la habénula lateral, que está directamente relacionada con el miedo. El estudio está publicado en la Revista Neuropsychopharmacology del grupo Nature.

El comportamiento neuronal conlleva una gran variedad de misterios que la ciencia va develando paulatinamente. Y un estudio encabezado por los investigadores Jorge Medina ( ITBA CONICET) y Joaquín Piriz (ITBA CONICET y docente de la carrera de Bioingeniería) aportó aún más respuestas en este campo.

La investigación se centró en analizar el aprendizaje del miedo a partir de dos ejes: por un lado, el condicionamiento del miedo (FC o Fear Conditioning, por sus siglas en inglés), que es el modelo por el que las personas y humanos reconocen esta reacción a partir de una asociación del contexto y un estímulo amenazante; y por el otro, el rol de la habénula lateral (LHb) cuyo papel en el aprendizaje del miedo sigue siendo poco conocido.

El estudio, que fue publicado en la revista Neuropsychopharmacology del grupo Nature, también contó con el trabajo de Tomás Sachella (IFIBIO-Houssay CONICET), Marina Ihidoype (IFIBIO-Houssay CONICET), Christophe Proulx (CERVO Brain Research Center), Diego Pafundo (IFIBIO-Houssay CONICET), Pablo Méndez (Instituto Cajal).

Los investigadores estudiaron cómo ratas de laboratorio aprendían a temer a un tono y a un contexto que predecían un estímulo amenazador, utilizando un protocolo denominado Fear Conditioning. Normalmente después del Fear Conditioning los animales, y los humanos, desarrollan respuestas de miedo frente al contexto y al tono. Sin embargo, los investigadores demostraron que, si la función de la región cerebral de la Habénula Lateral se alteraba, la respuesta de miedo sólo aparecía si el tono y el contexto se presentaban de forma conjunta.

A partir de ello, se descubrió que la inhibición o activación de la LHb, durante todo el entrenamiento de FC, incidió tanto en el experimento a partir de señales, como la contextual.

El miedo puede ser innato o aprendido, pero, la mayoría de nuestras respuestas de miedo son producto de miedo aprendido. Los circuitos cerebrales que se relacionan con el aprendizaje de miedo son equivalentes en humanos y en otros vertebrados, como las ratas. Normalmente nuestras respuestas de miedo se generalizan: si aprendemos que un ruido o un tono de voz representan un peligro, aprendemos que ese sonido representa un peligro en cualquier contexto”, explicaron los investigadores.

Lo interesante es que la excesiva generalización del miedo es una característica central de trastornos del comportamiento como las fobias, los ataques de pánico o el estrés post-traumático. Es interesante hipotetizar entonces si la Habénula Lateral puede relacionarse con estas enfermedades.

“Si la función de la Habénula se altera en el momento en el que se produce este aprendizaje ese ruido o ese tono de voz, sólo son interpretados como un peligro si son presentados en el contexto en el cual los escuchamos por primera vez”, agregaron.

Así, gracias a estos resultados, la LHb también podría conceptualizarse como un regulador de la fuerza de la memoria aversiva. Por lo que se convierte en la primera estructura cerebral implicada en la regulación de la expresión; independiente de componentes contextuales y de señales del condicionamiento del miedo. De esta manera, se le asigna un papel crítico dentro de los circuitos cerebrales implicados en el aprendizaje del miedo.