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El Ing. José Luis Roces realiza un balance sobre el 2018 de la Universidad: contexto, desafíos y resultados alcanzados conjuntamente.

Estamos llegando al cierre del año, ello siempre genera tensiones y reproches. Tensiones para terminar lo que ya teníamos previsto realizar y reproches por no haber hecho muchas más cosas de las que pudimos hacer. Este es el clásico “síndrome de diciembre”.

Pero a lo tradicional de todos los diciembres, este año debemos considerar que hemos vivido en lo político y económico una crisis singular. Con impacto en todas las actividades productivas del país. Ello nos generó un contexto complejo para la Universidad, que condicionó la realización de muchas de las acciones planeadas e impulsó una criteriosa revisión para adecuar presupuestos a una impactante devaluación y una creciente inflación.

Conscientes del impacto en la economía de los hogares de nuestros alumnos, hemos ajustado las matrículas al mínimo nivel posible con la sustentabilidad económica de la Universidad. A la vez hemos actualizado los sueldos docentes y administrativos, con el propósito de evitar un deterioro significativo en el poder adquisitivo de nuestros colaboradores.   A pesar de estas preocupaciones, en el balance final, hemos cerrado un año de gran actividad y de mucha satisfacción en cuanto a lo realizado. Compartiré algunas de las acciones más destacadas.

En lo académico, lanzamos oficialmente la Licenciatura en Analítica Empresarial y Social, una carrera que cuenta ya con 29 alumnos cursantes. La inscripción en cursos preparatorios y en primer año estuvo alineada con las previsiones y mantiene la tendencia creciente de los últimos años, con lo cual hemos logrado un alumnado de grado cercano a los 2400 estudiantes, constituyéndonos en la oferta educativa en ciencias, ingeniería y tecnología, más significativa del país.

El Departamento de Investigación del ITBA, logró apoyo financiero por parte del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva para el desarrollo de tres proyectos de investigación científica y tecnológica, en temas de big data, software y ontogenética.

A nivel de educación ejecutiva, se lanzaron las Diplomaturas en Criptoeconomía: Blockchain, contratos inteligentes y criptomonedas; y en metodologías ágiles, con importante participación en varias ediciones del año.

En conjunto con Delft University of Technology, la Escuela de Ingeniería y Gestión realizó cursos a distancia enfocados al análisis de datos, con un impacto de cursado de 13.400 alumnos de 84 países.

Junto al MIT Sloan Latin America Office, se organizó el $100 K LATAM, la competencia de startups de emprendedores, que por primera vez se realizó fuera de los Estados Unidos, con una repercusión significativa de proyectos de toda la Región.

Por primera vez organizamos un Summer Camp, alcanzando la asistencia de 20 alumnos del UM-SJTUs de Shangai, China. Estos jóvenes chinos compartieron aulas y clases con estudiantes locales en temas de analítica de datos.

En el ámbito de las actividades de extensión, la Olimpíada Argentina de Tecnología (OATEC) que organiza nuestra Universidad hace años, lanzó su cuarta edición, mediante la robótica como tema central. Esta convocatoria tuvo la participación de 1973 alumnos y 269 docentes de 230 colegios de todo el país. Una actividad de impacto por su influencia en el desarrollo de las vocaciones tecnológicas en los estudiantes secundarios.

El Departamento de Graduados ha incrementado su labor a lo largo de todo el año, mejorando el contacto con nuestros egresados y, entre los variados encuentros, es digno de destacar el homenaje a la Promoción 3 que cumplió 50 años de graduación.

Por su parte, el Departamento de Desarrollo Humano, llevó adelante iniciativas orientadas a incrementar la integración de nuestros colaboradores y el reconocimiento a los años de servicio del plantel docente y administrativo.

En el campo de la infraestructura se inauguró el Auditorio de la Sede Distrito Tecnológico, un espacio polideportivo, diseñado además para la realización de actividades culturales y académicas. Con ello completamos en tiempo y forma los compromisos asumidos con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al acordar la creación de una nueva sede.

Un espacio destacado, es el proceso de implementación del sistema SAP, como soporte de los procesos de las áreas de apoyo de la Universidad, lo que generará un impacto trascendente en los sistemas de gestión a corto plazo.

Como toda síntesis, es limitada y deja sin mencionar un sinnúmero de actividades realizadas en todos los sectores que integran el ITBA actual, pero quiero destacar finalmente que nada de esto podría ser logrado sin un grupo de personas comprometidas, que dedican sus horas a las tareas docentes, de investigación, administrativas, de servicios informáticos, mantenimiento y seguridad, que conforma todo el plantel humano de la universidad.

A todos, el agradecimiento por la colaboración: estamos construyendo un ITBA de relevancia nacional y regional, en un contexto complejo y con muchas dificultades e imprevistos. Sólo eso se logra con capacidad y pasión que es parte de la identidad de nuestra Universidad.

Les deseo un próspero y feliz 2019.

Ing. José Luis Roces, Rector del ITBA.