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¿De qué hablamos cuando nos referimos a la acústica? El Ing. Fernando del Solar, docente del Departamento de Ingeniería Electrónica, derriba algunos mitos inherentes a la temática y revela sus nuevas aplicaciones.

La acústica es la ciencia que estudia el sonido (y posiblemente las vibraciones) en todas sus manifestaciones en la ciencia y la cultura humana. Si bien se trata de un área muy específica, su impacto en nuestras vidas es muy importante. Lamentablemente, esto es ignorado por el gran público.

Cuando a una persona ajena a la ciencia en general se le pregunta qué estudia la acústica, su respuesta será con seguridad que se centra en el sonido de las salas de concierto. Si bien esta es una aplicación muy interesante, en realidad su alcance es mucho más abarcativo. Por ejemplo, la manufactura de productos cada vez más eficientes y tecnológicamente avanzados requiere que las características de los sonidos que producen (tanto los intencionales como los no deseados) estén bajo un estricto control. La empresa Apple cuenta con una división enteramente dedicada a estudiar la calidad acústica de sus productos (“sound quality”). El equipo de profesionales de esta área está compuesto por ingenieros y audiólogos (muchos de ellos con doctorados) que utilizan complejas técnicas computacionales y estudios perceptivos en humanos (psicoacústica) para mejorar el audio y controlar el ruido, y las vibraciones que generan sus productos.

El impacto de los sonidos producidos por la sociedad industrial moderna en las comunidades es un área de estudio muy importante. El concepto de “soundscape” (paisaje sonoro) reconoce que no todos los sonidos que se generan en una comunidad son nocivos, ya que forman parte de su acervo cultural y del sentido de pertenencia a la misma. Queda claro entonces que el paisaje sonoro debe ser incorporado en el diseño urbano y preservarse en los ambientes naturales.

La arquitectura moderna requiere cada vez más de un adecuado diseño acústico. Tanto los espacios de uso cotidiano (oficinas, edificios públicos, restaurantes, aeropuertos) como los destinados a la música, muchas veces adolecen de defectos que los hacen perjudiciales para el bienestar humano y para el disfrute de los espectáculos artísticos. Modernas técnicas computacionales permiten simular la acústica de estos espacios, incluso antes de construirlos. Esto posibilita al consultor especializado a tomar decisiones para subsanar estos defectos de una manera más eficiente. En los últimos años, los avances en la tecnología de materiales acústicos han logrado que los mismos se amalgamen con la estética concebida por el arquitecto, sin comprometer su calidad ni su capacidad de modificar la acústica de la sala.

El estudio del audio es un área que crece a pasos agigantados. No se trata solamente de generar productos con buena calidad de sonido, sino que el uso de técnicas de espacialización permite generar sensaciones sonoras “inmersivas”, situando al oyente en un verdadero campo acústico tridimensional. Estas técnicas se pueden utilizar con fines recreativos, pero también para entrenar pilotos de aviones y realizar simulaciones para estudiar la audición humana.

Argentina, como en muchas otras áreas, careció durante décadas de carreras en las que se hiciera un estudio serio del sonido. En los últimos años han aparecido ofertas académicas donde muchas veces se estudia la grabación de música, siendo esta un área muy afianzada localmente.

En los países enmarcados como desarrollados es muy común que la acústica se estudie a nivel de postgrado. La formación de los ingenieros electrónicos y mecánicos es ideal para encarar un estudio serio en esta disciplina, aunque por supuesto que estudiantes de otras ramas de la ingeniería también pueden aspirar a formarse en acústica. Es evidente que la participación de los ingenieros en el desarrollo de la acústica es crucial, ya que el bagaje de conocimientos que traen les permite hacer aportes desde su perspectiva a esta ciencia que sobresale por ser tan interdisciplinaria.