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Por José Luis Roces, Rector ITBA     

A pocos meses de una nueva gestión de gobierno, hay varios aspectos en los que rápidamente ya se observan cambios.

Algunos afectan la economía y son los más dolorosos, otros son políticos y parecen orientados a proponer nuevos criterios de negociación y de estilo de relación entre el oficialismo y los opositores.

Pero dentro de esos cambios hay uno que tendrá, a mi entender un impacto trascendente. La Argentina se ha vuelto a “abrir al mundo”.

En una época caracterizada por la globalización, nada pareciera que pueda explicar sobre la irreversibilidad de la conveniencia de esa decisión.

Para una institución educativa esa apertura implica oportunidades para estar actualizados y conectados con todos aquellos países que lideran la generación del conocimiento, sin prejuicios ideológicos. El saber universal, es la raíz de la “universidad”.

Para el ITBA, una universidad focalizada en la tecnología, es impensable que podamos mantener nuestra excelencia académica, aislados del mundo. Es por ello que hace años mantenemos relaciones de intercambio de alumnos y profesores con universidades tanto de nuestro continente, el europeo y el asiático.

Hoy podemos decir con orgullo que son casi 40 universidades con las cuales hay una vinculación activa, lo que ha permitido que algo más del 25 % de nuestros graduados del último año, han tenido oportunidades de estudios en el extranjero en al menos un cuatrimestre.

 

Pero ¿qué es lo que ha cambiado en los últimos meses? El interés por el país, por sus profesionales y por sus universidades.  Y el poder comprobar que en la educación tecnológica tanto de ingenieros, licenciados, especialistas y magísteres, el ITBA es una referencia que genera atracción para establecer nuevos proyectos e iniciativas académicas.

Estamos analizando varias propuestas y en todas ellas vemos oportunidades para acortar las brechas metodológicas y de conocimientos que tenemos con aquellos que lideran la formación y la investigación en las áreas tecnológicas.

Recordemos que estamos en un segmento del conocimiento (la tecnología) lo que implica una dinámica importante. En ella, los conocimientos se duplican cada dos años. Por ello tenemos que tener nuestras mentes dispuestas  a aprender en forma permanente y estar “abiertos al mundo” para adquirir esos conocimientos de vanguardia.

Bienvenida esta apertura, si sabemos asociarnos con aquellos que nos permitirán ser mejores como personas, como profesionales y como instituciones. Manteniendo nuestra identidad y nuestros valores.