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La alumna Camila Rosa, de la Licenciatura en Administración y Sistemas, y una reflexión sobre el proceso necesario para lograr un mundo más sustentable.

El pasado jueves 7 de septiembre tuve el agrado de estar presentes junto con el Dr. Daniel Ryan, el Ing. Eduardo Fracassi, el Ing. Fabian Szulanski y las estudiante de Bioingeniería Eugenia Berrino en el F20, el Foro de Alto Nivel en el marco de la Cumbre del G20 en Argentina, cuyo tópico fue “Shifting the Trillons- Our Contribution to a Just Transition”. Si bien no hay una traducción exacta, en parte la idea se centran en estudiar cómo se distribuirán los trillones de dólares, invertidos por los países participantes del Acuerdo de París, con el objetivo de buscar una transición justa hacia un mundo más sustentable.

El evento se llevó a cabo en el edificio Plaza Galicia, uno de los primeros en tomar la iniciativa de sustentabilidad en su infraestructura, con certificación LEED Gold la cual prevé un ahorro en el consumo de agua del 30% y del consumo energético del 18%.

Durante la jornada escuchamos a distinguidas figuras en el campo de la lucha contra el cambio climático, entre ellos se encontraba el Secretario de Gobierno de Ambiente y Desarrollo Sustentable Sergio Bergman; el ex-Presidente de Chile Ricardo Lagos; y Carlos Gentile, quien representará a la Argentina en el G20, entre otros. Se realizaron tres paneles con los siguientes temas:

  • “The price of a Just Transition – internalisation of externalised costs.” (El precio de una transición justa- internalización de los costos externalizados)
  • “Race to the top: The Global Renewable Energy Uptake as corner stone for the Paris Agreement.” (Carrera hacia la cima: la absorción global de energía renovable como piedra angular para el París Acuerdo)
  • “And Action – Recommendations to the G20 Heads of State to implement the Paris Agreement and the SDGs under the paradigm of a Just Transition.” (Y Acción – Recomendaciones a los Jefes de Estado del G20 para implementar el París Acuerdo y los ODS bajo el paradigma de una Transición Justa)

Cada uno de ellos presentó distintos puntos de vista sobre cómo abordar el tópico en cuestión. Sin embargo, todos estaban de acuerdo en que es necesario actuar inmediatamente, no hay tiempo que perder, la situación de la tierra es muy alarmante. No hace falta guiarnos por cifras y números, basta con ver las catástrofes que hoy en día sufre la tierra: sequías, inundaciones, temperaturas extremas, cambios repentinos en las estaciones.

Durante la jornada se plantaron puntos claves para mitigar este flagelo. En primera instancia el modelo de trabajo debe pasar de una concepción lineal ,donde los humanos se paran en un lugar de propietarios del planeta y usan los recursos sin reparo alguno de las consecuencias que esto genera tanto en la naturaleza como en la decencia de las personas afectadas; hacia una concepción circular donde toda acción tiene su efecto y cada una debe ser llevada a cabo teniendo en cuenta que en el centro de este círculo tenemos la dignidad humana que debe preservarse como concepto fundamental en la transición hacia este modelo.

Lagos explicó que en esta realidad se presenta un cambio de paradigma (“somos líderes o somos víctimas de lo que está pasando”). De esta manera nos incentiva a tomar un rol protagonista, a hacernos cargo de nuestro accionar, empezar a cambiar y tratar de revertir los daños que ocasionamos.

El mundo está cambiando, nos estamos volviendo más unidos, no solo gracias a la globalización sino también porque las consecuencias del cambio del climático afectan a todos. No distingue entre países desarrollados o no desarrollados, ni religiones. Los gases emitidos quedan en la atmósfera durante 120 años, es decir, que nosotros estamos sufriendo las consecuencias de lo ocurrido 120 años atrás donde la población era mínima comparado con la actual y las emisiones eran menores. Esto quiere decir que en ese lapso de tiempo las próximas generaciones sufrirán las consecuencias originadas por nuestro accionar. Nosotros ya sufrimos las consecuencias de lo sucedido anteriormente, imaginemos lo que les espera a las futuras generaciones. Esta es una de los miles de razones por las cuales las comunidades deben empezar a actuar. Es fundamental la participación y el compromiso de las ciudades y la comunidad.

La economía mundial está mutando hacia una economía del clima donde el producto per cápita pasa a un segundo plano, y aparece el concepto de emisiones per cápita como nuevo protagonista. El mercado fijará la condición “si no es sustentable, no es rentable” como nueva regla para desarrollar negocios.

El objetivo para el 2050 es una economía descarbonizada: deberán implementarse el impuesto al dióxido de carbono que ayude a mitigarlo y también terminar de una vez por todas con los subsidios a los combustibles fósiles. Las empresas deberán buscar en este nuevo ámbito nuevas oportunidades de negocios, que son muchas y muy variadas.

Es necesario que los países cambien su matriz energética para llegar a poseer 100% de energías renovables. En cuanto a la infraestructura, debe ser sostenible en el tiempo, es decir, duradera. Para ello resulta imprescindible la colaboración y coordinación entre los distintos sectores gubernamentales. Los funcionarios públicos deben entender la importancia del cambio climático y empezar a incluirlo en su agenda como prioridad.

En relación al ámbito social, debemos generar empleos decentes al salir del uso de los combustibles fósiles. Buscando siempre la inclusión de los sectores más vulnerables de la sociedad y actuando éticamente. Esta transición justa busca mitigar la pobreza y aplicar regulaciones que protejan al medio ambiente, por ejemplo, lograr que los suelos vuelvan recuperar su riqueza.

Fue una experiencia muy enriquecedora tanto a nivel académico como personal. Me llevo conmigo la idea de que el tiempo es una variable fundamental, ya que no podemos cambiarlo y acota muchísimo nuestro campo de acción. Tenemos que asumir un compromiso serio, no tenemos otro planeta. Es imprescindible que el sector público y el sector privado trabajen juntos, no deben estar en distintas veredas, necesitamos un trabajo multidisciplinario. Los recursos están, hay que asignarlos de la mejor manera posible teniendo en cuenta la limitación del tiempo. ¿Qué estamos esperando? El cambio climático es una gran oportunidad para las empresas y los profesionales porque genera nuevos negocios, nuevos empleos y nuevas profesiones.

 

+Escrito por Camila Rosa, alumna de la Licenciatura en Administración y Sistemas.